sábado, 26 de septiembre de 2009

Personajes paceños

En construcción

Mercado callejero

Abbey Road Boliviano

Transportando carne de llama


Mural callejero

Vendiendo salteñas, una de las imprescindibles especialidades culinarias bolivianas

Fotografo junto al museo Tambo Quirquincho

Chola en el Museo Tambo Quirquincho

Cambio de moneda junto la iglesia de San Francisco

jueves, 24 de septiembre de 2009

Calle Jaén. La Paz. Bolivia

La tradición cuenta que en tiempos de la colonia el callejón Cabra-Cancha, hoy Jaén, era un lugar tenebroso por la aparición constante de seres y fenómenos sobrenaturales (fantasmas, duendes, almas en pena, ruidos infernales de carruajes tirados por caballos y cadenas arrastradas por el suelo). Pero, sobre todo, resaltaba la presencia de una viuda condenada que seducía a todos los hombres que se recogían borrachos en altas horas de la noche para llevarlos a una aventura misteriosa. Entonces, los vecinos de esta calle, herederos de una arraigada fe católica, decidieron colocar la "Cruz Verde" para ahuyentar a todas estas criaturas malignas que los atemorizaba.
Hoy en día, la calle Jaén, pasa por ser una de las más bonitas de la ciudad de La Paz, con gran cantidad de museos, entre los que destaca la Casa Museo de Pedro Domingo Murillo (que proclamó la independencia del país), con una arquitectura tradicional muy bien conservada, donde ha desaparecido el cableado que tanto afea otras zonas, y aislada de las ruidosas calles aledañas.







jueves, 17 de septiembre de 2009

Atardeceres en la Costa Vicentina. Portugal

Creo que sobran las palabras....

Puesta de sol en Arrifana

Acantilados de Arrifana

Luz de atardecer en la playa do Amado

Molino en Rogil

Puesta de sol en la playa do Amado

lunes, 14 de septiembre de 2009

Costa Vicentina y Sudoeste Alentejano. Portugal

De vuelta de Bolivia y casi sin tiempo de deshacer las maletas nos fuimos a pasar el puente del día de Extremadura (8 de septiembre) a Portugal con Lourdes y Víctor. Pasamos cuatro días en la costa más salvaje de portugal, la Costa Vicentina. Sin duda en este lugar se encuentran algunos de los rincones más maravillosos de este país, playas donde es fácil estar solo incluso en verano, impresionantes acantilados, lugares donde hay más surfistas que bañistas y además tuvimos la suerte de tener un tiempo buenísimo.

Playa da Carriagem

Playa da Carriagem


Playa da Carriagem

Playa da Carriagem


Playa de Bordeira

Playa de Carvalhal

Playa de Carvalhal


Playa de Carvalhal

Pequeño surfista en la Playa do Amado

jueves, 10 de septiembre de 2009

Lago Titicaca

Como colofón final de nuestro viaje a Bolivia visitamos el Lago Titicaca. Tomamos un autobús desde La Paz hasta Copacabana, pasando por el estrecho de Tiquina. En Copacabana nos alojamos en el más que recomendable hotel La Cúpula que, además de ser uno de los únicos alojamientos que cuenta con calefacción, está regentado por Martin, un simpático alemán que nos ayudó a preparar la visita a la Isla del Sol. El sábado temprano tomamos un barco a la parte norte de la isla, para visitar las ruinas incas de Chinkana, según cuenta la leyenda en este lugar nacieron los hijos del sol (Inti o Viracocha) Manco Cápac y Mama Ocllo, fundadores del imperio Inca y de Qosqo (Cuzco). Después tomamos la ruta inca que va de norte a sur y que une las poblaciones de Challapampa y Yumani, unos 8 km que se nos hacen bastante duro por la altura (casi 4.000m sobre el nivel del mar) y el intenso frío. Pasamos la noche en el alojamiento Pallakasa, en la entrada de Yumani, un lugar muy tranquilo y bien preparado, con unas preciosas vistas sobre el lago.
De vuelta a Copacabana aprovechamos para visitar la Basílica de Nuestra Señora de Copacabana y sus capillas posas, así como para realizar las últimas compras.

Embarcadero de Yumani, sur de la Isla del Sol

Mesa ceremonial en la ruinas de Chinkana

Cactus en la Isla del Sol

Barca en la orilla del lago Titicaca

Marcos en la ruta inca de la Isla del Sol

Cholas en el barco de Copacabana a la Isla del Sol

Embarcadero en Challapampa, al fondo la Cordillera Real de los Andes

Barcas para vehículos en el estrecho de Tiquina

Barca de vela en el estrecho de Tiquina

En una tienda de artesanía en Copacabana

Barca turística imitando a las famosas barcas de Totora

Iglesia de Copacabana

Bendición de autos en la iglesia de Copacabana

viernes, 4 de septiembre de 2009

Machu Picchu

Por fin llegó el día de visitar Machu Picchu. Tenía la idea de subir al Huayna Picchu pero la noche antes en el hotel me comentaron que tan solo pueden subir 400 personas diarias y que había que estar sobre las 4 de la mañana en la estación de autobuses para ser de los primeros. Como para estas cosas soy un poco cabezón me levanté a las 3:30 y poco después ya estaba esperando en la cola. Al poco rato llegó Carlos, un chicho valenciano con el que coincidí el día anterior, disimuladamente se puso a esperar conmigo. Entre charlas, risas y polémicas con gente que se quería colar nos dieron las 5:30, hora a la que empezaban a salir los autobuses. Estabamos entre los 30 primeros y tomamos el segundo autobus muy contentos pero al llegar arriba nos encontramos con un montón de gente que había subido andando, así que empezamos a dudar de que pudieramos subir al Huayna Picchu. A las 6 abrieron las puertas y se disiparon todas las dudas, número 329, ufff, por poco, subiremos a las 11 y a las 8 tenemos la visita guiada, los planes van saliendo bien.
Nada más entrar la niebla lo cubre todo, nos situamos cerca de la casa del guardián donde nos dicen que están las mejores vistas, pero no se ve nada, apenas la puerta de entrada. Ese fue el momento más maravilloso de todo el día, poco a poco la niebla va abriendo y va apareciendo ante nosotros la enigmática ciudad de Machu Picchu. Sólo por este instante la visita ya merece la pena. Durante un rato me olvido de la cámara y me dedico a mirar a todos lados con la boca abierta.

Vista general de Machu Picchu


Llamas en la casa del guardián

Panorámica de Machu Picchu

Arbol que han dejado como testigo de los que inundaban el lugar

Llama con el Huayna Picchu al fondo

Ciudad y terrazas de cultivo

Después de estar casi cinco horas dando vueltas con los ojos como platos y con un cansancio considerable nos disponemos a subir el Huayna Picchu. Una hora de escaleras interminables, algunas de ellas tan empinadas que nos hacen andar a cuatro patas. Cuando llegamos arriba nos encontramos con un equipo de National Geographic rodando. Las vistas son impresionantes, casi tanto como la paliza que nos hemos dado, jeje.

Marcos en la cima del Huayna Picchu

Vistas desde el Huayna Picchu

Restos de construcciones

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails